En Fotos, Remedios, las Parrandas y el Patrimonio



                                                        
Las Parrandas  de Remedios, una de las tres fiestas nacionales cubanas junto a los Carnavales de Santiago de Cuba y las Charangas de Bejucal, fueron observadas en su desenvolvimiento el 24 de diciembre por expertos y especialistas del país, para ser declaradas Patrimonio Cultural de la Nación.

Este proceso se inició hace algún tiempo y se espera que en la celebración de este año se constate cómo perduran sus valores identitarios y la participación popular en torno al hecho cultural.

Las parrandas de la villa San Juan de los Remedios, en la provincia cubana de Villa Clara -en el centro del país- son consideradas la festividad más antigua de Cuba, la cual surgió cuando el padre Francisco de Quiñones, que oficiaba en la Iglesia de la octava localidad fundada por los españoles en la Isla, en el siglo XVI, ante la ausencia de feligreses a la llamada Misa del Gallo, ideó que los muchachos del pueblo despertaran con pitos, fotutos, gangarrias y latas a los vecinos, obligándolos a acudir a la ceremonia religiosa.

Es esta una fiesta ruidosa desde su propio nacimiento. Hacia 1871 adoptan la estructura que en lo esencial la mantienen viva. En ella se enfrentan dos barrios: San Salvador y El Carmen. El 24 de diciembre, una vez que las campanas de la Iglesia Parroquial Mayor anuncian las nueve de la noche, cada bando descubre la habilidad creadora en sus trabajos de Plazas y la carroza que cada uno de ellos ha mantenido en secreto durante todo un año. A esto lo acompaña una guerra de fuegos artificiales, morteros y bengalas, así como la música tradicional caracterizada por el repique y la polka y los símbolos de cada parte.

Las parrandas se fueron extendiendo posteriormente y con características parecidas a muchas otras localidades, entre ellas Camajuaní, Caibarién, Vueltas, Falcón, Chambas y otras.

Como siempre este día todo Remedios es “Parranda”, pero en esta ocasión un elemento la hace superior porque lleva implícito el sabor de la victoria que cada barrio le imprime a saber que sus aportes están como patrimonio cultural de la nación y que desde esta parte del centro de Cuba se perpetuará la cultura cubana en una de sus auténticas y genuinas representaciones populares.

(Con información de Trabajadores)

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